Lo sé, nos lo han dicho un montón de veces:
No te enfades
Es posible que tú misma lo hayas dicho porque es algo casi automático y cambiar un comentario que llevas escuchando años es difícil.
Nos es incómodo ver a otra persona enfadada, y más si es por algo que hemos causado nosotras.
Es decir, si nuestra criatura se enfada porque no le vamos a comprar una chuche o un juguete que nos pide, no nos gusta, nos es incómodo.
Así que es fácil caer en decir: “no te enfades”, para que así no tengamos esa incomodidad.
También se lo podemos decir a nuestra pareja o a algún amigo con el que tenemos algún malentendido o discusión.
Sin embargo, ¡qué importante es enfadarnos!
Cuando a mí me molesta algo yo me enfado: puede ser que mi hija me haya hablado gritando, o que mi pareja no tire la basura.
Si esto sucede, tengo dos opciones: puedo estar enfadada y responder a mi hija también gritando e increpar a mi pareja que por qué no sacó anoche la basura.
O puedo preguntarme cuál es el motivo que hay más allá:
si me enfada que mi hija me hable gritando, entiendo que es porque me está faltando al respeto. Puedo decidir contestarle tranquilamente que necesito que me hable con respeto y
si me enfada que mi pareja no haya sacado la basura, puedo revisar: ¿tenemos ese acuerdo en casa de que él baje la basura? ¿entró él a la cocina por la noche para darse cuenta de que la bolsa estaba llena porque habíamos comido muchos guisantes y habíamos tirado muchas vainas? ¿me gustaría que él revisara cada noche si hay que tirar la basura independientemente de si entra a la cocina o no? ¿o prefiero hacer un intercambio de tareas y ocuparme yo de bajar la basura mientras él se ocupa de que nuestras hijas se vayan a dormir? Quizás ha llegado el momento de tener una conversación sobre este tema para que ambos sepamos la importancia que tiene para mí tirar la basura.
Como lees, de mi enfado yo saco conclusiones y actúo. El enfado me permite cambiar. El enfado es una emoción más que aporta información.
Es cierto que a veces el enfado puede venir de alguna situación que no se puede cambiar: por ejemplo, se me ha averiado el coche y ahora tengo que llevarlo al taller, con la pérdida de comodidad y tiempo que ello supone. O mi hija se enfada porque no le doy chuches hoy.
Y está bien el enfado porque indica que hay una situación que no nos gusta.
Así que en lugar de evitarlo, mejor está si lo podemos acompañar: en nuestro caso propio permitirnos darnos el espacio necesario para transitar ese enfado, quizás incluso escribir sobre ello, dibujar o salir a correr.
En el caso de nuestras criaturas, podemos validar esa emoción: es normal que estés enfadada porque tienes muchas ganas de comer una chuche y ahora no puede ser. ¿Necesitas un abrazo? ¿Quieres hacer un dibujo sobre ello?, etc. A veces toca aguantar su rabieta y DESPUÉS ir a la validación, porque cuando están en pleno apogeo, igual que nos sucedería a los adultos, es mejor que no nos hablen…
No nos enseñaron a validar las emociones.
Pero qué bonito es cuando lo hacemos, qué bonito cuando te das cuenta de que tus hijas también acompañan a sus amigos de ese mismo modo y respetan que estén enfadados, tristes o lo que surja.
Sí, es una labor cansada y difícil, pero merece el esfuerzo.
Como todo en la maternidad, es cansada y difícil, pero la gran mayoría de madres estamos felices de hacer muchos esfuerzos para criar pensando en el bienestar de nuestras criaturas. Y, por eso, pienso que necesitamos darnos un homenaje de vez en cuando.
Como pronto llega el día de la madre y el buen tiempo, he decidido volver a sacar las sesiones SALVAJE.
SESIONES SALVAJE
Fotografiaré la belleza pura, salvaje e íntima de ti, MAMÁ, con tu/s criatura/s en un piel con piel en medio del monte. Podrás venir en ropa interior o bikini, como tú te sientas más cómoda.
Son sesiones así, a lo salvaje y caótico, porque seréis varias mamás en un mismo intervalo de tiempo, de modo que podremos respetar los ritmos que vosotras y vuestras criaturas necesitéis, a la vez que el hecho de semidesnudaros en grupo hará que no os dé tanta vergüenza.
También se creará un espacio de compartir, de hablar sobre cómo maternamos y de gozar. Quizás, ¿por qué no? surjan nuevos lazos de amistad a partir de este encuentro SALVAJE.